MARTINI relanza su antiguo “Rosé” (ahora reposicionado) por un “Rosato” en 2009 con una campaña bastante convencional a nivel creativo. La utilización del recurso de mostrar o usar elementos rosas en la pieza audiovisual es muy usada por su supuesta estética “chic” y de hecho cualquier elemento, animal o cosa en este color da un tono frívolo que posiciona en la mente de forma fácil.
El tono del spot está acompasado por un cover de la archiutilizada "La vie en rose de Edith Piaf" (Véase campaña de EL POZO BIENESTAR) y muestra, como no, a unas monjas (muy socorrido para provocar una sonrisa y un rubor transgresor) en el susodicho color. Pero la situación no sería digna de comentario si no nos fijáramos en que en la versión larga la monja joven (que tiene de monja lo mismo que cualquier chica Martini) se cruza con unas “compañeras” y estas se vuelven al pasar. ¿Por qué si son todas rosas? Parece que en la postpo alguien no debió tintar a las otras reverendas, que justifican su sorpresa al ver que la joven destaca por su color frente a su tradicional negro. Fallo.
También alguien decidió por tiempo o por coste no corregir este error cromático y lanzar la campaña con una incoherencia de mensaje a nivel visual. Chapuza. En la versión corta, en el momento que una de las monjas se vuelve con sorpresa, se corta para la siguiente escena. Chapuza 2.
Esto le pasa hasta a Martini.
