viernes, 15 de enero de 2010

PUNTITOS VS CUADRITOS


El precio del progreso. Nos costó mucho acostumbrarnos a la virtualidad de cambiar de canción (perdón pista) apretando un botón en nuestro flamante reproductor de CD, habituados a coger la aguja y con precisión quirúrgica, colocarla en el surco correspondiente. Nos dimos cuenta que atrás se quedó el entrañable “scratching” que añadía más notas y un toque romántico en las canciones lentas. Pero nos dijeron que el CD tenía calidad digital y su sonido “perfecto”.
¿Y el VHS? Atrás quedó también el ajuste de tracking para alinear las cabezas y evitar las rallas. El flamante DVD nos ofrece tantas líneas de definición que parece que no tenemos ojos suficientes para poder captar tanta calidad, y por si nos parecía poco el Blu-ray es más real que la propia realidad (a mí la realidad no me parece tan brillante como aparece).
Y así con un sinfín de avances tecnológicos: El viejo móvil TMA al GSM con tarjeta, el horno al microondas, del módem telefónico a la ADSL, etc, etc…
Y ahora cabe decir sí, pero… Los CD´s y DVD´s saltan, se cuelgan y se rallan y si antes lo oías, al menos rallado, ahora si está rallado ni lo ves ni lo oyes. El móvil se sigue sin oír y la cobertura se sigue perdiendo, el microondas destroza el alimento y el ancho de banda real sigue siendo de principios de los ochenta.
Pero llega la TDT y como clímax digital debemos someternos al apagón analógico. Disfrutamos de 34 canales (Con los 5 de siempre) donde además de los generalistas, con los contenidos acostumbrados disfrazados de novedad, podemos disfrutar de temáticos deportivos (es decir más fútbol), series y películas en canales que se suministran de lo que les quedó a los video-clubs ya cerrados, temáticos como el “tribunal” o el Sr. Vaughman empeñado en que aprendamos definitivamente inglés. Pero lo mejor son los canales de tele-tienda y de concursos que nos demuestran la calidad y el nivel que nos puede ofrecer la tecnología digital al servicio público.
La pregunta lógica surge: ¿Qué quieres, si es gratis? La respuesta es: Pues no, no es gratis, porque para poder disfrutar de esta fuente inagotable de patéticos contenidos, hemos tenido que adquirir el receptor de TDT, que nunca es uno solo, porque tristemente tenemos televisores en el salón, en la cocina, el cuarto de los niños y, claro está, hay que comprar uno para cada tele. A ello añadimos la adaptación de la antena, bien la derrama de la comunitaria o bien la que has tenido que cambiar si es individual. Y a disfrutar de la imagen en calidad DVD. ¿Pero no habíamos dicho que el DVD también se veía mal? Pues claro. Falta de potencia de señal, interferencias radioeléctricas en primavera, pitos, flautas, flautines… y al final cuadritos. ¿Cómo? Si, cuadritos. Antes veíamos nieve, puntitos y ahora cuadritos, esa ha sido la evolución. Emulando a Los Chunguitos. “Dame progreso que quiero morir…”